miércoles, 25 de julio de 2012

Crítica a la Ley 1542 de 2012 "Violencia contra la Mujer"


Rechazo, como el que más, los actos criminales espantosos que se vienen presentando en el país y creo que todos aquellos que se desvían de las normas protectoras merecen su condigna sanción, pero de ahí a aceptar que todo acto de violencia en el hogar, por mínima que sea, se convierta en presidio y no se permita la reconciliación sin importar si es posible, si se rescatará la unidad familiar, ni si se mantendrá la economía que lo hace sustentable, no puedo aceptarlo.

El señor Presidente Santos en publicitado discurso al sancionar la ley que impide la conciliación en los casos de alimentos y violencia intrafamiliar, asegura que ayudará a traer la paz a Colombia. Como se nota que ni siquiera se preocupó de leer el texto de pocos renglones que tiene la norma[i], ni mucho menos evaluó sus consecuencias.

Ahora cualquiera podrá denunciar que en una familia se están presentando casos de violencia intrafamiliar, lo que obligará a la Fiscalía a tomar acciones e investigar tales denuncias sin que puedan promover, en los casos en que sean reales, un acercamiento y una conciliación que restablezcan la unidad familiar (cuando sea posible) y tendrá que desgastarse investigando para sancionar todas las inasistencias alimentarias, sin que haya conciliaciones que sirvan para garantizar el sustento de esas familias[ii].

La congestión en la Fiscalía en especial y en los estrados judiciales en general, ante la imposibilidad de la salida negociada, forzará la separación de esas familias y no podrán ser sanadas las heridas y restablecido el respeto.

Casos extremos, que los hay y muy graves, ya eran indesistibles en la ley, pero a punta de opinión hicieron que se modificara, afectando a todas las familias colombianas porque cualquier situación por mínima que sea ahora por virtud de la Ley tiene que ser investigada y no puede ser objeto de conciliación.

Estoy seguro que las organizaciones que protegen y buscan la no discriminación, la protección y el cuidado de la mujer, de la familia y de la niñez no podrán estar de acuerdo con esta legislación. Éstas deberían promover una ley que verdaderamente proteja la unidad familiar, la niñez y la parte débil en una relación de pareja, las que, por cierto, hoy día no tienen especificidad de género.

Una ley que prevea las consecuencias y contemple soluciones reales cuando uno de los miembros del hogar, en especial si es el que aporta económicamente es recluido en prisión, para que no quede en el desamparo, puesto que estamos en un país con altos niveles de desempleo aún calificado ¿qué creen que pasará con esa familia? La contraparte se verá arrojada a la prostitución, al delito o caerá en manos de un abusador(a) igual o peor que el anterior. 

Uno de los principales temores para denunciar es la ausencia real de protección frente a situaciones extremas, pero si las instituciones no están en condiciones de protegerlas, al dejarlas en el desamparo y sometidas a convivir con sus agresores ¿qué logran? Les diré, mayor violencia.

En cambio, ya no es posible que parejas que tuvieron comportamientos violentos que ameritaron su denuncia, encuentren en la conciliación y la ayuda psico-social la recomposición de la unidad familiar, aunque tengan que buscarla de forma particular y pagarla de su bolsillo. Ni podrán terminarse los procesos de inasistencia alimentaria por conciliar una cuota adecuada o al menos pagable para la parte que ha mantenido el hogar.

Con razón el diagnóstico de política criminal efectuado por la Comisión Asesora de Política Criminal del Estado es que el hacinamiento es producto la generación indiscriminada de leyes populistas que no generan soluciones de raíz a los problemas que aquejan a la ciudadanía [iii].

Inexplicable, además, que por un lado pretendan mecanismos transaccionales y de justicia alternativa (disque eso es el marco para la paz) como la selectividad,  o que la recién nombrada Ministra de Justicia afirme que en mecanismos como la conciliación están las oportunidades de descongestión, mientras por el otro le quitan esa oportunidad precisamente al núcleo esencial de la sociedad que es la familia.

En fin, considero que la aprobación y sanción de la ley 1542 de 2012 que impide la conciliación de los delitos de inasistencia alimentaria y violencia contra la mujer y ordena que un equipo interdisciplinario de medicina legal (de cuya existencia no tengo conocimiento, ni dice como estará conformado) conceptúe previamente para proceder al uso de mecanismos electrónicos como sustitutivos de la prisión, sin las medidas adicionales de protección a la unidad familiar y a la familia como núcleo esencial de la sociedad sólo traerá un agravamiento en la violencia, mayor congestión en los despachos fiscales y no es, ni remotamente, un acercamiento a la paz social [iv].

P.S. Posición interesante la de Omar Eduardo Gil Ordóñez, Coordinador del Área de Capacitación y Desarrollo del Instituto de Victimología de la Universidad Santo Tomás, Seccional Bucaramanga, quien afirma que es inaplicable [v].

sábado, 14 de julio de 2012

¿Para qué estamos legislando?

Noto con preocupación que de manera consistente se está solicitando el incremento de las penas, la prohibición de conciliaciones y desistimientos en diversos delitos e incluso que se transformen conductas nuevas en actos criminales penados con prisión, en un ánimo puramente retaliatorio, de vindicta pública.

Traen sus promotores, incluso, como si de la panacea se tratara, ejemplos de las "penas" que imponen en algunos Estados de los Estados Unidos, donde supuestamente se han logrado disminuciones significativas en la comisión de delitos por dichos incrementos.

¿Nadie se ha preguntado por qué, si tan monumentales y ejemplarizantes son dichas sanciones, hoy día los presuntos narcotraficantes prefieren, contrario al pasado, una cárcel en USA que en Colombia?

¿Nadie se toma la molestia de analizar por qué muchos condenados a varias "cadenas perpetuas" en el exterior regresan al país a sólo 10 o 12 años de su extradición? Por cierto gozando de excelente salud, repuestos y notoriamente bien alimentados.

¿Alguien se ha preocupado de visitar esos lugares que en Colombia llaman centros de reclusión? donde a diario fallecen personas (si personas aunque estén arrumadas como cadáveres insepultos) por la falta de asistencia médica, donde la alimentación que consumen, en su mayoría, la rechazarían hasta los cerdos que tienen fama de comer de todo, donde sólo un limitado porcentaje tiene la posibilidad de estudiar o trabajar para redimir pena, donde el hacinamiento hace que duerman como pueden en pasillos, bajo las escaleras, por sobrecupos de más del 300%.

Congresistas en ánimo promocional  y anticipada campaña política salen a diario a llenar los espacios de opinión y las entrevistas de prensa, con la boca llena por el proyecto de ley de endurecimiento en supuesta defensa de las mujeres, que convirtieron en caballito de batalla, aprovechando los hechos criminales para promocionarse y autonombrarse líderes o lideresas de millones de mujeres que no han consultado, pero que encuentran eco en el sentir de aquellas que trajinan en las redes sociales, personas valiosas que se ven arrastradas por el repudio, el asco y la pasión del momento.

Rechazo, como el que más, los actos criminales espantosos que se vienen presentando en el país y creo que todos aquellos que se desvían de las normas protectoras merecen su condigna sanción, pero de ahí a aceptar que todo abusador sexual debe ser castrado, todo conductor encontrado con algún grado de licor encarcelado y la llave tirada al alcantarillado, todo acto de violencia, por mínima que sea, en el hogar, se convierta en presidio "perpetuo" y no se permita la reconciliación de ese hogar sin importar si es posible, si se rescatará la unidad familiar, ni si se mantendrá la economía que lo hace sustentable, no puedo aceptarlo.

El señor Presidente Santos en publicitado discurso al sancionar la ley que impide la conciliación en los casos de alimentos y violencia intrafamiliar, asegura que ayudará a traer la paz a Colombia. Como se nota que ni siquiera se preocupó de leer el texto de pocos renglones que tiene la norma (aquí pueden consultarla http://wsp.presidencia.gov.co/Normativa/Leyes/Documents/ley154205072012.pdf ), ni mucho menos evaluó sus consecuencias. Estoy seguro que las organizaciones que protegen y buscan la no discriminación, la protección y el cuidado de la mujer, de la familia y de la niñez no podrán estar de acuerdo con esta legislación.

Ahora cualquiera podrá denunciar que en una familia se están presentando casos de violencia intrafamiliar, lo que obligará a la Fiscalía a tomar acciones e investigar tales denuncias sin que puedan promover, en los casos en que sean reales, un acercamiento y una conciliación que restablezcan la unidad familiar (cuando sea posible) y tendrá que desgastarse investigando para sancionar todas las inasistencias alimentarias, sin que haya conciliaciones que sirvan para garantizar el sustento de esas familias (Ver http://www.elespectador.com/opinion/columna-357583-inasistencia-alimentaria  ).

La congestión en la Fiscalía en especial y en los estrados judiciales en general, ante la imposibilidad de la salida negociada, forzara la separación de esas familias y no podrán ser sanadas las heridas y restablecido el respeto.

Casos extremos, que los hay y muy graves, ya eran indesistibles en la ley, pero a punta de opinión hicieron que se modificara la ley afectando a todas las familias colombianas porque cualquier situación por mínima que sea ahora por virtud de la Ley tiene que ser investigada y no puede ser objeto de conciliación.

Creo que las asociaciones que protegen la mujer, la niñez y la familia deberían promover una ley que verdaderamente proteja unidad familiar, la niñez y la parte débil en una relación de pareja, las que, por cierto, hoy día no tienen especificidad de género.

Una ley que prevea las consecuencias y contemple soluciones reales cuando uno de los miembros del hogar, en especial si es el que aporta económicamente es recluido en prisión, para que no quede en el desamparo puesto que estamos en un país con altos niveles de desempleo aún calificado ¿qué creen que pasará con esa familia? La contraparte se verá arrojada a la prostitución, al delito o caerá en manos de un abusador(a) igual o peor que el anterior. 

Uno de los principales temores para denunciar es la ausencia real de protección frente a situaciones extremas, pero si las instituciones no están en condiciones de protegerlas, al dejarlas en el desamparo y sometidas a convivir con sus agresores ¿qué logran? Mayor violencia. ¿Cuántos líderes campesinos han sido asesinados desde que prometió la Presidencia de la República protegerlos? ¿Cuántas víctimas de violencia de género están en este momento bajo protección del Estado?

En cambio, ya no es posible que parejas que, si bien es cierto tuvieron comportamientos violentos que ameritaron su denuncia, encuentren en la conciliación y la ayuda psico-social la recomposición de la unidad familiar, aunque tengan que buscarla de forma particular y pagarla de su bolsillo. Ni podrán terminarse los procesos de inasistencia alimentaria por conciliar una cuota adecuada o al menos pagable para la parte que ha mantenido el hogar.

Con razón el diagnóstico de política criminal efectuado por la Comisión Asesora de Política Criminal del Estado es que el hacinamiento es producto la generación indiscriminada de leyes populistas que no generan soluciones de raíz a los problemas que aquejan a la ciudadanía (Ver
http://www.elespectador.com/impreso/politica/articulo-358774-diagnostico-de-politica-criminal  ). El país, mejor sus legisladores y líderes en busca de la reelección se están moviendo al vaivén de la opinión, sin importar las consecuencias que, si fueran analizadas por ellos y explicadas a una sociedad despierta y pensante como la actual, estoy seguro encontrarían eco.

Pero a pesar de ello y de sus propios asesores defienden un paquete de reformas que entre otras cosas han llevado a considerar que tenemos un Congreso indigno que no representa a la sociedad civil, como la reforma a la justicia o el publicitado "Marco para la Paz" que, cualquiera que se remita a su texto, verá que es una garantía de impunidad para grupos armados al margen de la ley (y no para las FARC como tanto proclaman) ahí caben paramilitares, militares, parapolíticos y muchos más, que por vía de selectividad impedirán cualquier tipo de justicia y reparación para las víctimas. O la nueva super ley de transparencia, que permite ocultar, esconder, negar y no contestar las peticiones de información bajo la supuesta consigna de seguridad del estado, propia de los regímenes totalitarios y no de un Estado Social de Derecho que no puede, por definición, gobernarse a espaldas de la sociedad civil que lo elige.

La verdad, cualquiera sea la ley que salga de este gobierno y congreso estará cobijada por un manto de duda ciudadana, pues es notorio y desaforado el deseo de entregar prebendas tanto a grandes grupos económicos, en especial que explotan recursos naturales no renovables y se llevan los capitales del país sin generar patrimonio nacional y que, en cambio, producen daños invaluables en el ecosistema con grave deterioro del ambiente, desplazamiento de poblaciones e insatisfacción ciudadana. O la criminalización descarada de la minería artesanal y pequeña minería, sólo para asignar grandes territorios a multinacionales mineras que desplazarán esa población y la dejarán sin su sustento. Así como leyes orientadas claramente a privatizar los servicios de la Administración de Justicia, volverlos no sólo onerosos, sin ponerlos en manos de personas particulares sin vocación ni compromiso ético y jurídico con la verdad y la justicia, simplemente arrimados allí por un pago en dinero, permitiendo un alto margen de corrupción ante las ofertas económicas de los enfrentados en litigio o fácilmente intimidables o simplemente inaceptados por considerar que un particular no es quien para decidir su litigio.

Inexplicable, además, que por un lado pretendan mecanismos transaccionales y de justicia alternativa (disque eso es el marco para la paz) como la selectividad,  o que la recién nombrada Ministra de Justicia afirme que en mecanismos como la conciliación están las oportunidades de descongestión, mientras por el otro le quitan esa oportunidad precisamente al núcleo esencial de la sociedad que es la familia. ¿Entonces lo que quieren es mayor inestabilidad y deterioro para impulsar soluciones de fuerza? Eso parece y eso es propio de gobiernos totalitarios de ideologías extremas que no piensan en la sociedad sino en sí mismos, sus ventajas y beneficios.

En fin, considero que la aprobación y sanción de la ley 1542 de 2012 que reforma el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004) que impide la conciliación de los delitos de inasistencia alimentaria y violencia contra la mujer y ordena que un equipo interdisciplinario de medicina legal (de cuya existencia no tengo conocimiento, ni dice como estará conformado) conceptúe previamente para proceder al uso de mecanismos electrónicos como sustitutivos de la prisión, sin las medidas adicionales de protección a la unidad familiar y a la familia como núcleo esencial de la sociedad sólo traerá un agravamiento en la violencia, mayor congestión en los despachos fiscales y no es, ni remotamente, un acercamiento a la paz social.

jueves, 5 de julio de 2012

La Reforma Constitucional al Fuero Penal Militar


Fuero Penal Militar: "Prerrogativa de carácter judicial, que la Constitución consagra a favor de los miembros de la Fuerza Pública, por virtud de la cual, el juzgamiento de los delitos cometidos por éstos en servicio  activo y en relación con el mismo servicio, se encuentra reservado a Jueces Militares y Tribunales Militares, quienes administran justicia con apego a las normas del Código Penal Militar".

Esta definición fue tomada de la tesis de grado para optar al título de Abogado de José Ignacio Lombana Sierra en la Pontificia Universidad Javeriana, presentada por él en el año 2006 y se encuentra disponible en Internet, en la página de la Universidad, para quienes quieran profundizar en el tema.

¿Por qué traerla a colación? Porque permite entender con mayor claridad que el proyecto de acto legislativo 16 de 2012 Senado 192 de 2012 Cámara no busca, pero ni remotamente, proteger ese fuero, el cual, por cierto, nuestras fuerzas militares ya tienen y se encuentra ampliamente consagrado en el artículo 221 de la Constitución Política, mismo que ya sufrió una modificación mediante el Acto Legislativo No. 2 de 1995.

¿Entonces para qué dicho acto legislativo? Simplemente para garantizarles impunidad ante los delitos cometidos, inmunidades y prebendas especiales.

¿Será que nuestros dignos militares quieren eso? Miremos algunos aspectos del acto legislativo:

  1. Crea un Tribunal de Garantías (más burocracia) con 8 magistrados, 4 de los cuales serán militares retirados o en servicio activo, con lo que queda garantizado el veto a cualquier investigación por delitos aún de lesa humanidad que cometan miembros de la fuerza pública.
  2. Ese Tribunal determinará si hay lugar a investigación penal de dichas conductas, por lo tanto podrá excluir de la posibilidad de investigación a los militares que por alguna razón presuntamente hayan podido cometer delitos de lesa humanidad o conductas genocidas.
  1. Pero, además, suprime muchas conductas de lesa humanidad del posible juzgamiento "civil", al consagrar que sólo genocidio, desaparición forzada, tortura, ejecución extrajudicial, desplazamiento forzado, violencia sexual y reclutamiento o uso de menores serán competencia de la justicia ordinaria pues expresamente dice que las "infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidas por miembros de la Fuerza Pública, salvo los delitos anteriores, serán conocidas exclusivamente por las cortes marciales o tribunales militares o policiales".
  1. Crea un fondo especial en el Ministerio de Defensa para proveer al pago de la defensa jurídica de los militares por la comisión de cualquier delito. Si llegaré a pasar un delito a investigación y juzgamiento, que se ve dudoso con el freno previo, les pagarán, de cuenta de los impuestos de los colombianos, abogados de postín, que manejan honorarios de 300 o 400 millones de pesos, en tanto que toda la sociedad civil tendrá que acudir a la Defensoría Pública. ¿Dónde queda el derecho a la igualdad que pregona el artículo 13 de la Constitución Política?
  1. Obliga dicho acto legislativo a aplicar siempre, en caso de juicio, las normas del Derecho Internacional Humanitario, las cuales, además se interpretarán conforme a una ley expedida por el Congreso sobre la forma de hacerlo. La autonomía judicial, las reglas del derecho, la jurisprudencia y la doctrina pasarán por esa vía a la historia y quedarán sometidos los jueces al capricho legislativo del Congreso aún en la interpretación de la ley.

En fin, los uniformados detenidos preventivamente por cualquier razón no van a las cárceles comunes, normalmente permanecen en sus batallones, para eso no se necesita una reforma constitucional. Todas las garantías "especiales" que tiene el proyecto, salvo las constituyen manifiesta impunidad, ya están reguladas en el Código de Justicia Penal Militar, lo que demuestra que el único objetivo real es lograr precisamente esa impunidad total frente a cualquier delito y que a fe que no está siendo promovida por ellos sino por quienes movidos por otros intereses quieren congraciarse para tener ascendencia sobre sus actos.

El acuerdo suscrito con la Fiscalía General de la Nación, que hace que esté presente el CTI en las zonas de guerra donde se produzcan escenas delictivas y, en caso de duda, se adelante la investigación por Fiscalía, que al parecer incomoda, se deshace como se hizo y por supuesto no requiere una reforma constitucional. Es más, las supuestas dudas que puedan presentarse han sido suficientemente aclaradas por la Corte Constitucional en pronunciamientos de delimitan con precisión la competencia según el caso.

Para aquellos que no resulte obvio, el Marco para la Paz, la Reforma a la Justicia, la Reforma al Fuero Penal Militar y quien sabe que otros proyectos que transiten por ahí, son directa y expresamente orientados a prerrogativas, inmunidades, impunidad y sobre todo, a generar un desequilibrio de poderes que conduce a una dictadura por vía legislativa (el ideal de la extrema derecha) al dar este tipo de prerrogativas a los poderosos funcionarios públicos y busca proteger de la aplicación de la ley a todos ellos e indultar o seleccionar para sustraer a la ley a quienes ya están en problemas.

Me niego a creer que las Fuerzas Armadas de la República de Colombia quieran eso y me atrevo a apostar que los buenos militares servidores de la patria darán ejemplo con su actitud democrática de que no necesitan ni quieren semejantes "garantías". Las Fuerzas Armadas colombianas han sido ejemplo de protectoras de las instituciones de la democracia y tengo fe que lo seguirán siendo, sin que necesiten para actuar conforme a su sentido patrio saberse impunes pues, ellos mismos son quienes primero deben repudiar, como en efecto lo hacen, a quienes mancillan el uniforme cometiendo ese tipo de conductas.

Necesitamos unas Fuerzas Armadas profesionales, sólidas, convencidas de su labor en defensa de la patria, bien dotadas en elementos de guerra, bien remuneradas, con seguridad social y oportunamente receptoras de esos beneficios. No necesitamos una reforma constitucional para eso.

No ha terminado el debate en el Congreso, el cual resultó bastante desprestigiado con la reciente Reforma a la Justicia, no obstante, estoy seguro que si los congresistas leen el proyecto de acto legislativo y meditan sus consecuencias tomarán la acertada decisión de archivarlo.

Bibliografía: